martes, 4 de septiembre de 2012

De vuelta a la rutina

Aunque las rutinas no son nuevas, no podemos volver al orden establecido de un día para otro, sobre todo después de un periodo tan largo de vacaciones.

Para sentirse sanos, equilibrados y felices, los niños tienen que estar en consonancia con sus ritmos biológicos.

A finales del verano las horas de dormir, de comer o el tiempo que pasamos juntos ha variado y a dos semanas del regreso a clases todavía es complicado que vuelva la rutina.

Necesitamos crear un periodo de adaptación. Hay que ir poco a poco encauzando los ritmos de nuestro hijo hacia un horario que podamos compartir con él, y que podamos aplicar todos los días.

¿Cuándo y cómo hacerlo?
Necesitaremos al menos un par de semanas. La vuelta a las rutinas tiene sus propias claves:
Debemos introducir los cambios de uno en uno o de dos en dos, ya que las rutinas no son totalmente nuevas. Como son un "recuerdo", el niño no tardará tanto en integrarlas, pero aún así es importante respetar el tiempo de adaptación a cada cambio. Puede tardar desde un día hasta una semana.

¿Por dónde empezar?
La hora de levantarse, la de acostarse, las comidas... ¿Qué orden tenemos que seguir para recuperar las rutinas y horarios habituales?

1. Debemos de acostarlos temprano a pesar de que llevan mas de un mes haciéndolo más tarde. Esa costumbre tarda en volver pues muchos pequeños disfrutan de la noche.
2. La hora de levantarse. Si a pesar del tiempo que ha transcurrido desde que entraron a la escuela te sigue costando trabajo levantarlo; despiértalo 10 minutos antes para que se bañe, esto lo despejará bastante.
3. La hora de la comida. Horarios y tiempo de comida, lugar, forma de hacerlo, menú... todo ha podido cambiar durante el verano. La hora de la comida es mejor integrarla directamente, sin transiciones.

Nos encontramos con dos hábitos que es importante apuntalar bien: la comida y el sueño. Lo más probable es que durante el verano hayan cambiado, y no solo de horario... También de ritual. Hay que establecer los nuevos rituales, que se parecerán mucho a los que quedaron abandonados al principio del verano. Asentar los hábitos de comida y de sueño será nuestro principal apoyo para volver a la dinámica de los días de trabajo:

Para recuperar la rutina de la comida es importante establecer un ritual bien claro. Por ejemplo: el anuncio de la comida (¡a comer!), lavarse las manos, sentarse todos a la vez, no permitir levantarse de la mesa y comer tranquilamente pero sin pausa. Relajados, pasándolo bien... pero respetando nuestras propias reglas.

Nosotros diseñamos lo que mejor le va a nuestro hijo, pero es importante que todos los días repitamos los mismos pasos, a la misma hora. De este modo la rutina volverá. ¡No te desesperes!



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